LA TRAMA DE LA SELVA. En busca de los moradores de una tierra sin mal.

Las narraciones que dan cuerpo a estas páginas no son ficciones, son narrativas registradas a partir de una experiencia vivida a lo largo de una dilatada década, cuan do uno ya ha sobrepasado con creces la mitad del camino.

Es la crónica de la cotidianidad amazónica: el desmalezamiento de un terreno; la edificación de una casa; la filosofía del trueque; la cacería con retrocarga, flechas o cerbatana; la fabricación de una piragua; la conciencia del tiempo circular; la unión de un hombre con una mujer; el sentido de la muerte; el apego al territorio donde vive y han vivido sus antepasados, y en el cuál se siente adaptado; la conciencia de que los bienes son y deben ser para todos, no desgarrando la naturaleza a la búsqueda de riquezas creadas por el espíritu del mal que penetra en este mundo de explotación y de formas larvadas, propiciando ciertas figuras típicas en el paisaje humano de la selva: el colono, el patrón, el regatón, el habilitador, el traficante de animales, el narcotraficante, etc.